Es una patología en la cual la fascia plantar se inflama y produce un dolor agudo–intenso que suele aparecer en los primeros pasos de la mañana y apaciguarse a medida que la persona va caminando. Este dolor suele localizarse en el talón y a lo largo del arco longitudinal interno del pie.
Los principales síntomas de la fascitis son:
- Dolor, generalmente en el arco longitudinal interno del pie y talón.
- Hinchazón en la planta del pie.
- Dificultad al andar especialmente en los primeros pasos del día y cuando se enfría la musculatura.
En cuanto a las causas que pueden desencadenar esta patología podremos agrupar cualquier circunstancia que produzca estrés en los tejidos, pero principalmente podemos diferenciar:
- Pies cavos.
- Pies planos.
- Excesiva pronación durante la marcha.
- Acortamiento de la musculatura posterior de la pierna.
Su diagnóstico es principalmente clínico y la ecografía será la prueba complementaria reina.
¿Y cuál es su tratamiento? Este debe ir enfocado a su etiología, de forma general y sobre todo en la fase aguda, las medidas antiinflamatorias están justificadas (uso de AINES, aplicación de frío, masajes, vendajes neuromusculares), el uso de plantillas mejorará la causa biomecánica y los estiramientos deben realizarse si tenemos la musculatura posterior de la pierna acortada.
Recuerda que el tipo de tratamiento debe ser pautado y realizado por un profesional sanitario, ya sea tu podólogo, médico o fisioterapeuta.